martes, 24 de abril de 2007

.117.

.búsqueda en la nada.






Tras salir de clases y cumplir con todos mis ensayos, decidí relajarme para después terminar mis reportes que mandaré al FONCA. Me senté en mi silla reclinable frente a la computadora y decidí entrar a You-Tube, para saber qué nuevas había. Mi selección se fue por títulos más sugestivos. Vi el video de cómo llevan a la horca a Sadam Husein, de cómo mataron al ahora famoso cantante mexicano Valentín Elizalde y cómo lo acuchillaron en la autopsia forense (extraño es esto de la publicidad y los medios de comunicación, cada día, sin ser consientes en ello, somos imperados por sus artificios. Matan y crean personajes para imponérnoslo como íconos del tiempo actual o nos compadezcamos de ellos. Nos entregan videos ruines e inhumanos para explotar con la miseria y ganar interés). Nadie conocía a Elizalde, al menos yo no, y ahora con la gran publicidad que se le está haciendo a su discografía y su vida, y con el estreno de su video donde toca el tema de la muerte y él mismo sale como un fantasma enamorado, se ha convertido en el artista que arrancaron a balazos del regazo del vulgo mexicano y compran y compran sus discos como si con ello lo libraran de la muerte y lo trajeran de nuevo con vida a los palenques y salones de baile a cantar. Cada vez es más curiosa la línea que manejan los sitios de red más visitados. Si bien, en cualquier blog o myspace o fotoblog que revisé parte de la tarde y la noche, descubrí una variada retórica de los autores que a gritos quiere llamar el interés de todo espectador. Cada autor de un espacio en la red tiene pretensiones de ganar el morbo de todo mundo. Encontré autores que se hacen los graciosos, los intelectuales, los inteligentes, los enamorados, los conocedores, las víctimas, los archirrivales de otro personaje, los miserables, los ruines, los asquerosos, los pornográficos y, hasta un caso que me dio risa, los agresivos y mordaces. Yo amo al internet como Caín amó a Abel. Amo Utorrent e Isohunt y Pirate Bay como si fueran mis mejores amigos y hasta mis padres, pero algunas veces, como esta en la que cuento, me llegó el parricidio, la negación, la furia y el abandono.
Buscar un espacio que trastocara mi flojera y me ayudara a conviertir mi tedio en felicidad en esa esfera llena de redes y de redes que es el internet, me pareció banal, vacía, monótona, digna de un maldito autómata chiflado teledirigido. Nos vemos. Hoy me desconecto.

.116.

.clasificación de libros.









Soy un escritor en ciernes que ha defendido de diferentes formas que el oficio literario es equiparable a cualquier otro oficio. Pero el que más he defendido es el de lector. Llevo cerca de siete años leyendo todo tipo de literatura. Si algo he aprendido de ello es que la literatura misma (tanto en la creación como en la lectura) te desgasta la vida entre más compromiso y tiempo le entregas; mi horario de trabajo lo delata: leer y escribir diez horas diarias, lo que sea, pero hacerlo, ha hecho que enferme de artritis, de gripa, de colitis nerviosa, de conjuntivitis y de estrés. Y ha causado un sinfín de disgustos en mi familia, puesto que ven a los libros como ornamentos, materiales sin sustancia, objetos que le ayudan a su hijo a perder el tiempo de manera cómoda. Para ellos sólo existen los libros que te exige leer la escuela. No me quejo. No escribo esto para hacerme la víctima y espantar a todo lector con mis juicios pueriles. Pero tampoco me engaño. La literatura es tan celosa, tan vil en algunas circunstancias, que engendra en el más creyente el tedio, el rencor, el fastidio y odio. Y sigo entregándome a ella sin saber qué repercusiones pueda tener y convirtiéndome, libro a libro, en un lector más compulsivo y algunas veces olvidadizo. En cada habitación de esta casa tengo uno o dos libros que clasifico de la siguiente manera, más que por su contenido, por su función: libros para defecar reflexionando /los del baño/, libros para pensar antes de comer /los de la cocina/, libros para reír junto a la digestión /los del comedor/, libros para asilenciar el siseo de la música /los de la sala/, libros para soñar antes de dormir /los que están a un lado de la cama/. Por último, (los que me están sirviendo para Simulador y que cargo a diario en mi mochila), /libros para antes y después de escribir/.

domingo, 22 de abril de 2007

.115.

.las ciudades y la muerte.







Gracias uno de mis correos electrónicos enviado por los organizadores del FONCA, me acabo de enterar que el próximo encuentro tendrá sede en la ciudad de Guanajuato. Y tuve un amargo sabor de boca. Los recuerdos fueron tenazas enganchados a mi cráneo, lámparas inextinguibles. El anterior encuentro fue en San Luis, ciudad de mi tutor David Ojeda. Los detalles de esta aventura los omití en el blog por desorganizado. Puedo decir, con una gran sonrisa en el rostro, que fue uno de los viajes más vitales como escritor que he tenido, y una de las mejores oportunidades de conocer a escritores tan joviales y comprometidas con la literatura, como lo son mis compañeros de disciplina. Más que una reunión de reconocimiento y presentación, fue una sorpresa conocer una nueva retroalimentación literaria. Trabajar solo, en una ciudad donde las mismas oportunidades y las puertas se van cerrando por la envidia y el rencor, le cercena la motivación a cualquier escritor joven. Esto sucede siempre, no quiero inspirar lástima ni odio, pero cuando uno sale de su ciudad de origen, en mi caso, ciudad donde los intelectuales, los intelectuales de verdad, están tan concentrados en sus trabajos en particular y con ellos no se ha podido entablar una plática de lo que se encuentran trabajando o nos encontramos trabajando, causa desinformación y hasta ceguera, en ocasiones. No los culpo. La literatura se hizo para adiestrarla y pulirla de manera solitaria; todo escritor se hace en el anonimato. Pero también existe otro tipo de escritores, y no sé si llamarlos así, aquellos que no hacen en el anonimato, sino en el chisme, aquellos que sólo se ocupan en ventilar y conjurar injurias a terceros y, estos me parece triste, bloquean los diálogos y sólo están luchando, como trepistas de circo, en escalar peldaños sin importarles la lambisconería por el bienestar de sus intereses.

Conocer un nuevo tipo de crítica y estilos diferentes de creación literaria ejercidos y destilados por nuevas personas, escritores jóvenes en mi caso que tengo la oportunidad de trabajar mi libro junto a ellos, fue como si me hubieran sacado el rostro debajo de una pila de agua aguantando la respiración al por mayor, y me hubieran ayudado a salir a tomar aíre fresco, conocer un nuevo mundo y obtener un nuevo modelo de autocrítica.

Pero hablemos de la ciudad.
Viví en Guanajuato dos meses, junto a mi hermana de amistad, Nuria. Estuve allá y terminé mi primer libro de cuentos, que hoy lo veo como un ejercicio que me ayudó a subir el siguiente escalón y comenzar el segundo libro: Simulador. Vivimos allá con poco dinero, yo tenía una beca más que holgada exigua, que apenas alcanzaba para pagar la renta y surtir nuestro armario de despensa: pasta, verdura y leche, ¿qué más refinado puede comer un estudiante y una abogada en ciernes que espagueti con salsa mal hecha de tomate?

Vivimos a quince minutos de la ciudad. Y mi rutina era rigurosa; consistía en trabajar todas las mañanas: lectura y escritura o reescritura de textos, mientras Nuria prestaba sus servicios a un bufete jurídico todo el día. Por las tardes me gustaba salir siempre a dar un paseo al Teatro Juárez, a la Alhóndiga o me metía a uno u otro museo que está junto a la escalinata de la Universidad, para distraerme, pero nada me lograba distraer; todo allí era monótono, tedioso. Y el dinero de la beca no me rendía todo el mes, ni me permitía darme lujos; en ocasiones, para poder comprar cigarros, tenía que esculcar en los cojines de los sillones, debajo de la cama, para encontrar dinero olvidado. Los dos meses mantuve mi celular apagado, mejor muestra de querer estar desconectado de lo que sucedía en Zacatecas. Los motivos porque dejé mi ciudad, o cambié de acera puesto que ambos estados son equiparables, fueron el fastidió al por mayor; ver la gente de siempre, la gente ocupada por los chismes de siempre, las mismas calles, los mismo autos, la misma hipocresía que nace y se repite en personas que juran ser tus amigos, tu actitud ante todo, las misma noticias literarias, los mismos resentimientos.

Regresé a Zacatecas y dejé a mi hermana Nuria por la muerte de una amiga. La fecha no coincide con la del próximo encuentro del FONCA, pero Guanajuato es un recuerdo que vapulea mi memoria, una lámpara inextinguible. Mientras me encontraba cerca del Teatro Juárez, prendí mi celular para ver qué nuevas podía encontrarme. De pronto entró la llamada del Mike, un gran amigo. Después del clásico saludo, me informó que la china había tenido un accidente. Pensé, para no alterarme por la situación, que se había rotó una pierna o algo por el estilo, pero la noticia del Mike hizo que la sangre en las rodillas y cabeza se me trocara en plomo.

El accidente de la china sucedió en una carretera fuera de Zacatecas. A dos horas de distancia. Se les atravesó un camión de carga. La China venía de copiloto, dormida y sin el cinturón de seguridad puesto. Viajaban a unos ciento sesenta kilómetros por hora por la gravedad del impacto. Cuando tuvieron el camión de frente no pudieron frenar. Las llantas derraparon hasta desprender cinta asfáltica. El conductor perdió el control. Un volantazo. Luego la parte trasera del carro se estrelló contra el remolque. La China salió disparada, rompió el parabrisas con la cabeza y cayó al asfalto. Se partió el cráneo y su médula quedó a la intemperie. Se le fracturaron todas las vértebras. La sangre de su cuello le circuló al cerebro hasta quemarle la mayoría de sus neuronas como si fuera veneno. La policía no sabe quién manejaba el auto. Su acompañante se dio a la fuga. El conductor del camión habló a la ambulancia. Ya para las ocho de la mañana la China estaba sin vida en el hospital.

Han pasado más de dos años que sucedió esa desazón. Más de dos años que me vi en el espejo acomodándome la camisa, recogiendo mi equipaje de una habitación pequeña a primera hora de la mañana, para salir con premura de una ciudad en la que busqué un cierto refugio de manera vana. Será difícil volver a ella. Y es innegable que lo primero que me traerá a la mente cuando la pise, es la lámpara inextinguible de cómo la abandoné por la noticia de una muerte.

martes, 17 de abril de 2007

.114.









Pertenezco a una gama sin fin de simuladores, que han desaparecido del mundo conforme pasan las décadas y vuelven a surgir cuando un escritor fenece. Una y otra historia se escucha en cada rincón del mundo sobre los primeros de mi especie y los últimos y de nuestra condición. Pero ninguna es acertada. Toda palabra que se fermenta y nace en la boca de un humano que se ocupe en describir nuestra estirpe, no alcanza a detallar de qué estamos hechos. El tiempo, las épocas han configurado la identidad de cada uno de nosotros. Si bien, somos distintos, hacemos el mal de distintas maneras. La agresividad y la desgracia y el engaño y la hipocresía más vil nos ocupan, nos definen.
Vine a este hospital porque un sueño me informó que en él se encuentra Amparo Dávila y que en su habitación, en medio de los bloques que fortalecen una de las paredes, esconde bajo todas las precauciones posibles un libro (el único objeto que la hace mantener amarras con la realidad). Vine hasta aquí para robarlo y convertirme en inmortal y alistarme a las filas del grupo más temible de los simuladores…

.113.

A modo de solidaridad hacia el manifiesto Huiqui, V. 2.1, posteo las primeras variaciones de este poema para los lectores del bUNKER 84, en confidencia con algunos amigos que nos hemos reído juntos con estas frases. Espero y vean este divertimento como lo que es; una manera lúdica de cómo un lector puede hacer literatura valiéndose de un discurso ajeno. Prometo, si el tiempo lo permite, entregar la semana siguiente las líneas restantes. Un abrazo y ojalá les guste.


para el maese R.


Chichifos necio que acusáis
al gay sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que explotáis

Si con ansia sin calma
solicitáis su lana
¿por qué pides que paguen bien
si no lo satisfacéis en la cama?

Cubréis tu transa con inocencia,
y luego con agresividad
decís que fue la necesidad
la que provocó el acostón con diligencia

Al parecer sois quiere ser loco
y ocultáis ese vicio ido,
sois el niño que le pone al coco
y luego le tiene miedo

Queréis con presunción loca
agandallar lo que buscáis,
para la peda, Baileys,
para la confusión y la cruda, coca

¿Qué amor puede salir más caro
que el que se busca apresurado?
el chichifo se empeña en tener varo
y se entrega todo sin estar enamorado

Con pantalón y con sostén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os pagan mal,
burlándoos si os pagan bien.

miércoles, 11 de abril de 2007

.112.

¿Reality literario? ¿Será esto una innovación dentro de la blogsfera o una simple idea motivada por los nuevos medios informativos y visuales y de propaganda? Imaginémonos a Jorge Volpi sacándole sus trapitos al sol al Fadanelli de blog a blog. En lo personal, este disparate me parece un argumento extraído del libro de cuentos de Hipotermia, de Álvaro Enrigue, uno de los actores intelectuales de este concurso. Mejor échenle un ojo y luego sacamos conclusiones.
México, D.F., 10 de abril (apro).- Con el mismo formato de competencia de los “reality show” televisivos, la Dirección de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, convoca a escritores de todo el país a concursar en lo que llama el primer Virtuality Literario, inscrito en el proyecto Caza de Letras.En rueda de prensa en el tradicional restaurante “El Cardenal” del Centro Histórico, el escritor Sealtiel Alatriste, actual titular de la Dirección de Literatura, anunció el certamen, que se llevará a cabo del 11 de mayo al 6 de julio próximo, a través de la página web www.cazadeletras.unam.mx.Acompañado por los escritores Mónica Lavín y Alberto Chimal, quienes junto con Álvaro Enrigue serán jueces del certamen, Alatriste comentó que, luego de darse cuenta de que cada vez existen más “blogs” de escritores en internet, decidieron organizar un concurso en el cual los autores puedan no sólo publicar sus trabajos, sino someterlos a la crítica de un jurado y del público lector.Explicó que se imita el formato de los “reality show” porque han sido exitosos, pero a diferencia de éstos donde se hace un “culto a la personalidad”, en este certamen lo esencial será la obra literaria de los participantes. Todos tendrán un seudónimo y una imagen de un ex libris, para identificarse, pero no se sabrá quiénes son.Así pues, será una especie de taller literario en red, donde los concursantes deberán ir cumpliendo con las “tareas” o textos que los jurados les soliciten. De acuerdo con las reglas y formatos establecidos, cada escritor tendrá su propio “blog” donde irá escribiendo su tarea y el público tendrá acceso a su lectura en todo momento, podrá hacer comentarios a los autores y éstos estarán obligados a responderle.Los lectores tendrán, además, derecho a votar por los autores de su preferencia, así --como en el “reality” televisivo-- se irán eliminando los concursantes hasta tener un ganador, quien recibirá un premio de 50 mil pesos.Cuestionado sobre por qué había elegido un formato criticado por el medio intelectual y cultural, Alatriste indicó que no es una actividad académica, por lo que se buscó que fuera más bien lúdica y, además, la UNAM es un espacio a la diversidad, caracterizado por su apertura. Su intención, subrayó, es vincular de manera directa a los escritores --en este caso los concursantes-- con el público y la crítica.Negó que con este formato se banalice la literatura, pues se está poniendo al centro la imaginación de los autores, “su capacidad de decir, de escribir bien, de enfrentarse a la crítica, ser corregido, y no el chisme que es la banalización de los ‘reality’, lo que los hace funcionar. Aquí eso no existe.“Lo único que existe en este concurso es la palabra y la posibilidad de que estos escritores cada vez la hagan mejor, que comprendan cuál es el mecanismo de la palabra para convertirse en un escritor completo”, dijo.Se le preguntó por qué imitar un formato televisivo y si la universidad no estaría obligada a proponer nuevas formas:“Esta es una proposición bastante innovadora. No se ha hecho en ningún lugar del mundo un concurso en la red, con ‘blogs’, con contacto crítico y todo.”Preguntó a su vez por qué tendrían que hacer algo original.--Porque es la Universidad --se le respondió.--La universidad da la carrera de ingeniería igual, desde hace 15 años, y se va adaptando a las necesidades del público. La universidad está obligada... y en este caso no es la universidad, soy yo como director de Literatura, porque si no se le va a cargar esto a la universidad como institución y es una dirección de la que yo asumo la responsabilidad: Esta dirección ha pensado en un concurso literario, original, innovador, tomando un formato particular. Es una innovación.“Aunque lo que menos me interesa es innovar, ¿eh? O sea, no creo que en literatura haya demasiadas innovaciones. Acabo de leer Cien años de soledad y me di cuenta claramente --como lo dijo Carlos Fuentes-- que el lenguaje del siglo XVII está totalmente presente. O sea que García Márquez innovó poco, en términos de lenguaje. Lo que innovó es cómo lo incorporó a la novela, pero Garcilaso de la Vega está ahí para contar las cosas de Amadís. Si eso no es innovación tomando un formato previo, ¿qué otra cosa es?”El escritor dijo también que los “blogs” son una oportunidad para leer en los medios electrónicos y lo ideal será que estos espacios sean cada vez mejores, aunque desde luego no desaparecerán los libros ni las revistas.Los interesados en participar en el Virtuality Literario podrán inscribirse a más tardar el próximo 15 de abril en la página de cazadeletras.unam.mx, donde también pueden consultarse las bases. Por el momento, dijo Alatriste, se han inscrito ya 80 participantes. Un comité dictaminador elegirá de entre estos primeros concursantes 12 escritores que entrarán finalmente al concurso.
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