No han pasado ni tres semanas que vi esta película por tercera vez. Algo raro me pasó después de haber escuchado al profesro Kesure Miyagi decir esa frase. No sé, quizá sea un aviso de que debo dejar de una vez por todas el ocio. No lo sé. Es mi paranoia. Quizá no. De niño escuché esas palabras por primera vez. Nunca antes me había sentido tan humano. Fue como si Miyagi se dirigiera especialmente a mí, yo, entre toda la muchedumbre, el elegido para escuchar esa frase. Sucedió en un cine que ahora es una tienda Elektra. El cine se quemó cuando salió la tercera película de esta saga. No sé las razones. La frase, que me sigue desconcertado y no sé por qué, es la siguiente:
“En la vida, como en el karate, hay dos caminos. El primero es hacer las cosas bien, entregarte por completo. El otro camino es no entregarte al karate por completo, sólo hacerlo. ¿Qué camino eliges?”
miércoles, 19 de marzo de 2008
.159.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Vaya frase. ¿Has elegido la segunda opción?
Publicar un comentario