Hace una semana mi cuñado regresó de Europa y me trajo este cuaderno de Inglaterra, como recordatorio de uno de
los tantos proyectos literarios que tengo en mente escribir pronto. La
idea, que ya me ganó The San Francisco Writer’s Grotto, pero en inglés, se
trata de un dinámico mamotreto de más de 400 páginas, integrado por ejercicios
narrativos para escritores principiantes. Ellos te invitan a escribir ciertos
pasajes claves de tu vida, no sólo para reflexionar sobre la misma, sino para también hacerlo sobre la escritura y sus modos de abordar los recuerdos del usuario
para convertirlos en ficción.

Con los elementos de la municipal, en su mayoría hombres, los objetivos eran distintos. A todos les encargan en los juzgado, luego de haber asegurado a un presunto delincuente o haber frenado algún robo y haber capturado a los hampones, un reporte o parte informativo donde deben exponer las razones claras de por qué lo aseguraron, cómo, dónde y quiénes son los involucrados. Una historia enorme. A ellos les pedía en los talleres que me narraran recuerdos claves como policías [balaceras, persecuciones, desmantelamiento de casas de seguridad] para que se familiarizaran con la escritura y con el narrar ciertos hechos cronológicamente.
En
el prólogo del libro Po Bronson dice “You could use these 642 things literally, by
picking an exercise and completing it. Or you can just let them wash over you
to stir up you creativity, to remind you that no, not everything has been
written, not every good idea is already taken by someone else. There are an
infinite number of things one could write about and so many fresh directions
for your story to go”.

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