.a manera de introducción.
Hace unas semanas le comentaba a T. M y a J. R. del sacrificio que tenía planeado hacer lo que resta de este año, por el bien del libro de cuentos que estoy trabajando: no volver a leer novelas de ningún autor, aunque me pierda de las mejores joyas literarias, para dedicarme de lleno a la lectura de todos los libros de cuentos que logré conseguir. No es un simple capricho de lector. No. Pasa que cuando leo novelas tan poderosas como las de Javier Cercas, Vila-Matas, Lobo Antunez y hasta del mismo Paul Auster (con este último me sucede más), termino por escribir cuentos demasiado largos, con paja exagerada, con demasiados personajes y mucho conflictos tanto intimistas como sicológicos y la trama que tracé para soportar la verosimilitud del cuento termina por aguangarse como una liga que se estiró demasiado. Sé que a muchos les ha pasado. Creo lo llaman descontrol del manejo de información, o algo así.
Hace unas semanas le comentaba a T. M y a J. R. del sacrificio que tenía planeado hacer lo que resta de este año, por el bien del libro de cuentos que estoy trabajando: no volver a leer novelas de ningún autor, aunque me pierda de las mejores joyas literarias, para dedicarme de lleno a la lectura de todos los libros de cuentos que logré conseguir. No es un simple capricho de lector. No. Pasa que cuando leo novelas tan poderosas como las de Javier Cercas, Vila-Matas, Lobo Antunez y hasta del mismo Paul Auster (con este último me sucede más), termino por escribir cuentos demasiado largos, con paja exagerada, con demasiados personajes y mucho conflictos tanto intimistas como sicológicos y la trama que tracé para soportar la verosimilitud del cuento termina por aguangarse como una liga que se estiró demasiado. Sé que a muchos les ha pasado. Creo lo llaman descontrol del manejo de información, o algo así.
T. M. y J.R. intentaron persuadirme con que me iba a privar de cosas extraordinarias y de voces que podrían enriquecerme como escritorzuelo en ciernes, argumentos que he tenido en mente estos últimos días y muy a mi pesar he pasado por alto.
En mi búsqueda por hallar buenos libros de cuentos eliminé el catálogo de escritores mexicanos, excepto Amparo Dávila, por razones que aquí salen sobrando. Guié mi paso hacia los norteamericanos, gracias a la maravillosa prosa de Capote y Hemingway: escritores que han tocado mis fibras sensibles desde que los leí y han renovado el cuento, según mi poca experiencia como lector. Y encontré Cosas que debes saber (editorial Anagrama) de A. M Homes: escritora considerada como una de las más brillantes y extrovertidas narradoras contemporáneas. Homes pertenece a la poderosa generación de los Niños Quemados de América, como se lee en la antología de narradores norteamericanos, Generación quemada, libro también de cuentos, editado por la editorial Siruela y con epílogo de la brillante Zadie Smith. Homes ha sido nominada la reina de las bad girls heroines por tener una prosa feroz, desmesurada y aguerrida. Es capaz de trasmitir la perversión y brutalidad humana de nuestro tiempo, gracias a un ojo sensible y a una mentalidad cruda, desmoralizadora en todos sus cuentos. Entre su obra se encuentra también una novela: El fin de Alice, (editorial Anagrama). Pero está, por las razones antes dichas, me he privado de leer.
El motivo de este post es compartir con ustedes un cuento de A.M. Homes que bajé de una revista Barcelo Review, para que lo degusten y se den un quemón de qué tanta fuerza tienen las nuevas voces de Norteamérica, sobre todo aquellos detractores que no dejan de balbucear que la literatura gringa es light y sólo para atolondrados como yo. Es una lástima que el cuento que leerán a continuación no viene en el compendio de Cosas que debes saber, sino en The Safety of Objects, (La seguridad de los objetos), libro que aún no se traduce, pero, a palabras de su autora, maneja el siguiente mecanismo: “procede del mundo del arte, de la teoría de la crítica y del concepto psicoanalítico de ‘objeto’, y también del modo en que utilizamos las ‘cosas’ -coches, casas, juguetes, gente- para definirnos y consolarnos a nosotros mismos”.
Una muñeca de carne y hueso es una de las piezas más representativas para valorar de manera inmediata la obra de Homes. Y es una de lo más recomendadas narraciones para quienes se interesen por esta escritora. Si alguien quiere tener la fuente sólo den un clic aquí y llegarán de inmediato al link del sitio que lo publicó y también encontrarán una entrevista a esta escritora. O bien, se puede leer el cuento en las páginas de Generación quemada.
3 comentarios:
Qué onda compa Joel. En Sonora se publica una revista electrónica (www.andante26.com) y se renueva bimestralmente, en esas andamos. Es del ISC (sonorense de cultura) pero no hay tos, está chila la revista. Me gustaría que colaboraras con nosotros. Date una vuelta por el sitio, y si te gusta, mandame algo a:
vidal_garcia@hotmail.com o a
vidalgarcia@navojoa.uson.mx
Ya le escribí al compa Tryno pa ver si quiere colaborar también.
Reportese. Su compa
alfonso lópez corral
desde navojoa, sonora
Un gusto leerte, mi buen Alfonso, claro que cuentas con mi colaboración, deja me hago un espacio y leo andante 26 para saber qué es pertinente mandarte para el portal. Te mando un abrazo y las gracias por visitar mi sitio.
Buena onda Joel. Lease el sitio y verá que está curas; además de bimestral su cambio, durante esos dos meses se actualiza constantemente para que los lectores vuelvan una y otra vez y lean distintos textos. Espero tu colaboración a mi correo, y así saber cuál es el tuyo, pa escribirnos por aquel medio, Cuidese y lo abraza su compa:
alfonso lópez c.
pd. mandame unos breves datos tuyos, a manera de curriculum. saz.
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