martes, 7 de marzo de 2006

.trivia Paul Auster.

Paul Auster. Después de releer la novela El palacio de la luna del norteamericano y cotorrear con mis compas la noticia de su nuevo libro: Brooklyn Folies, volví a caer en cuenta mientras lavaba la taza del baño: para ser un narrador tienes que tener una agilidad mental y paciencia para construir tramas. Leo a Auster y quiero ser como él, escribir como él. El arte de todo narrador consiste en saber urdir tramas. Auster es más que un artista en ese tema. Cada párrafo que entrelaza sus historias nos involucra con sus personajes, nos hace sentir sus personajes, percibir su miseria a flor de piel. Pero lo que es mejor. Para ser un buen narrador debes ser un sedentario, bien lo afirma Walter Benjamín en su ensayo: “Narrador”. No sólo debo estar lavando el baño, debo soltar el estropajo con el que quito las manchas y los hongos provocados por la humedad y salir del encierro. Un narrador no se hace con sólo etar viendo el escusado o lo que sucede alrededor de ese adorno para defecar. Auster ha vivido en un sin fin de lugares. Eso se delata en toda su obra. El intimismo en el que siempre penetra este novelista es desgarrador. Yo vengo de una familia divorciada y la ausencia paterna no me es ajena, siento el tópico que maneja Auster (la desintegración familiar) demasiado cerca, demasiado. Siento, perdóneme si les molesta, como si Auster hubiera escrito esas novelas para un lector como yo, un lector que necesitaba leer que no es la única víctima de las extrañas coincidencias que destrozan su vida.
Tournier renegaba de los lectores que intentan identificarse con los personajes de sus escritores favoritos y actuar, de vez en cuando, como ellos. Yo se lo reprocho, se lo reprocho y cuestiono. La literatura, para mí, los personajes creados por mis novelistas favoritos son, más que entrañables, casi parte mi vida, de mi espacio. Siempre he creído que la literatura va construyendo el futuro de quien lee y vive de eso, si mis actitudes me asemejen a personajes literarios, de ficción, o viceversa, es el motivo por el que sigo leyendo novelas como El palacio de la luna. ¿De qué serviría la literatura si no te conecta a una realidad inmediata, si no te hace crear conciencia de lo que está a tu alrededor, de lo que eres y la miseria que llevas por dentro, tu miseria, nuestra miseria colectiva?
Pero por esas razones no quise dedicarle espacio en el bUNKER a Auster. La razón es, más que una razón es casi un divertimento, compartir con ustedes mis gustos literarios y hacer una trivia que conllevará a dar premios, muchos premios y hacerle publicidad a uno de mis escritores favoritos y a la pirateria por Internet, sobre todo, para invitarlos a comprar Brooklyn Folies (y me lo presten).
El premio es el siguiente:
Un pequeño lote de libros en formato pdf. que contienen obras como: El palacio de la luna, El libro de las ilusiones y La noche del oráculo. Sólo se premiará a 3 participantes (los que manden a mi correo la respuesta más rápida, antes del viernes). El premio será enviado al correo del ganador como archivo adjunto a más tardar el lunes próximo. El jurado estará compuesto por lectores prestigiados. No se admiten reclamos después de haber finalizado la trivia ni se creará una antología con las respuestas más sobresalientes.


La trivia es ésta:
Estimados y estimadas, todos sabemos o hemos leído, que en El palacio de la luna existe la historia de una chica bastante guapa que le salva la vida a Marco Stanley Fogg, el personaje principal de la novela y por ella se dan constantes cambios en la intensidad de la historia que narra Auster. Esa chica, daré un dato más para aligerar la trivia, es casi el alma gemela de Fogg, es bailarina y por culpa de un aborto llegan a su separación, su nombre termina con “u” y siempre viste con pantalones vaqueros y playera oscura.

Opciones de respuesta:

a): Maria la del barrio

b): Rosa Salvaje

c): Kitti Wu
.esta trivia se cierra el viernes por la noche.

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